Iluminación, riego y nutrientes: el trío mágico del autocultivo
Si uno falla… todo se resiente. Aprende a equilibrarlos como un verdadero maestro verde. 🌿💡💧🌱
🌱 La base del autocultivo: equilibrio, no improvisación
Cuando se trata de cultivar en casa, hay quienes piensan que basta con una semilla, un tiesto y buena intención.
Pero el autocultivo es mucho más que eso. Es un equilibrio constante entre tres pilares que lo sostienen todo:
✅ La luz que activa la vida
✅ El agua que fluye como sangre verde
✅ Los nutrientes que alimentan la estructura y el alma de la planta
Juntos forman el llamado trío mágico del autocultivo.
Separados o mal gestionados… se convierten en el trío trágico del desastre.
Vamos a desglosarlos como se merece.
💡 Iluminación: el motor del crecimiento
La luz es la energía primaria que permite que la planta realice la fotosíntesis. Sin buena luz, no hay crecimiento, no hay floración… y no hay cosecha.
¿Qué horas de luz necesitas?
Crecimiento (fase vegetativa): entre 18 y 20 horas de luz al día.
Floración: 12 horas de luz y 12 de oscuridad total (cuidado con las fugas de luz, que pueden estresar la planta).

Tipos de iluminación
🔹 HPS (Sodio) – Potentes y con gran penetración lumínica. Clásicos en floración por su intensidad y espectro cálido.
🔹 LFC / CFL – Fluorescentes de bajo consumo. Ideales para espacios pequeños, esquejes o mantener madres sin estrés lumínico.
💧 Riego: ni seco… ni encharcado
🧪 Nutrientes: comida para la reina
✔ Levanta la maceta: si pesa poco, necesita agua.
✔ Observa las hojas: si se ven caídas o tristes, algo está fallando.
🌸 Fósforo (P): esencial para la floración y la formación de raíces.
💪 Potasio (K): fortalece la planta, mejora la calidad de los cogollos y regula funciones vitales.
🔄 La clave está en la armonía
🔄 Adáptate a sus fases.
🎯 Actúa con intención, no por rutina.
Cultivar no es seguir una receta... es interpretar una vida vegetal.

🧭 Conclusión: cultiva con cabeza y corazón
Autocultivar es más que técnica: es conexión.
Y como toda relación sana, necesita atención, cuidado y equilibrio.
🔸 Dale buena luz para que crezca con fuerza.
🔸 Riega con sentido para que respire.
🔸 Aliméntala con lo justo para que florezca.
Y sobre todo… escúchala.
Porque si algo tiene esta planta, es que sabe hablar.