Clubes cannábicos: qué son, cómo funcionan y requisitos

🌿 ¿Qué es exactamente un club cannábico?

Un club cannábico (o asociación de consumidores de cannabis) es una entidad sin ánimo de lucro creada para el consumo privado, compartido y responsable de cannabis entre adultos.
No son tiendas, ni bares, ni puntos de venta abiertos al público. Son espacios cerrados, regulados y gestionados por sus propios socios.

En pocas palabras:
no se vende cannabis, se comparte entre socios registrados. Todo bajo una lógica de autoconsumo colectivo y controlado.

🧩 ¿Cómo funcionan?

Aunque cada club tiene sus normas internas, en general siguen un modelo bastante similar y, en Hachís del mono, vamos a intentar explicar con la mayor precision y legalidad el como funcionan.

  • Inscripción como socio: solo puedes acceder si eres mayor de edad y te registras previamente.

  • Cuota mensual o anual: para cubrir los gastos del local, mantenimiento, cultivos, etc.

  • Sistema de consumo compartido: el cannabis se cultiva para el consumo interno de los socios, no para su venta al exterior.

  • Normas claras: no se puede revender, ni sacar producto del club en grandes cantidades, ni consumir fuera del entorno permitido.

  • Espacio privado y cerrado: solo accesible para miembros registrados, sin acceso libre al público

📋 Alta como socio

Todo empieza con el registro del nuevo miembro. Para formar parte de un club, debes:

  • Ser mayor de edad (18 o 21 años, según el club).

  • Presentar tu DNI o NIE en vigor.

  • Completar un formulario de inscripción con tus datos.

  • Firmar un documento de compromiso donde aceptas las normas internas y declaras que el cannabis es para tu consumo personal.

Algunos clubes no permiten el acceso directo a nuevos socios, sino que exigen ser referido por un socio activo para evitar captaciones ilegales o sospechosas

🔐 Modelo cerrado, sin ánimo de lucro

Los clubes funcionan bajo el principio del consumo privado en grupo, no como tiendas o negocios. Esto significa:

  • Solo acceden los socios registrados.

  • No hay promoción pública, escaparates, ni captación en redes sociales.

  • Se financian a través de cuotas de los socios y donaciones para el mantenimiento del cultivo y del local.

  • El cannabis que se distribuye no se vende: se considera una entrega o compensación proporcional a los gastos del cultivo colectivo, gestionado por el propio club.

Este modelo sin ánimo de lucro es clave: si se detecta que el club genera beneficios o hace venta al público, puede ser perseguido penalmente.

🌱 Cultivo compartido

La mayoría de clubes gestionan uno o varios cultivos colectivos, adaptados al número de socios y su previsión de consumo. Esto implica:

  • Una estimación anual de consumo por socio (normalmente, entre 60 y 100 gramos al mes por persona).

  • Cultivos que producen lo suficiente para abastecer solo a los miembros inscritos.

  • Registros internos de cada socio, con control de cantidades retiradas y trazabilidad del producto.

🔐 Dato real: El “Modelo Barcelona” establece límites concretos, como máximo 150 kg de producción anual y un consumo estimado por persona no superior a 3 g al día.

🧾 Control y registro interno

La transparencia interna es clave. Por eso, los clubes cuentan con:

  • Registros de consumo por socio, donde se anota cuánto retira cada miembro y con qué frecuencia.

  • Normas estrictas de comportamiento dentro del local (no consumir otras sustancias, no molestar a otros socios, etc.).

  • Personal formado (en algunos clubes incluso hay especialistas en uso terapéutico).

 

La idea es garantizar un consumo responsable y seguro, sin excesos ni descontrol.

🧑‍⚖️ Supervisión y códigos de buenas prácticas

Al no haber una ley clara, muchos clubes se rigen por códigos internos de autorregulación, como el del Observatorio Europeo del Consumo y Cultivo de Cannabis (OECCC) o la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC).
Estos códigos recomiendan:

  • Una capacidad máxima de socios (normalmente, entre 300 y 500).

  • Evitar el crecimiento desproporcionado o la entrada masiva de miembros.

  • Promover la información y prevención del consumo problemático.

  • Establecer normas de cultivo limpio y sin productos tóxicos.

☕ ¿Y qué pasa dentro de un club?

Una vez dentro, el ambiente suele ser tranquilo y comunitario. En muchos casos, puedes encontrar:

  • Zona de descanso y consumo.

  • Cafetería o máquinas de bebidas (en algunos).

  • Información sobre variedades disponibles, dosis recomendadas y efectos.

  • Actividades culturales, talleres o debates sobre cannabis, salud y legislación.

  • En algunos clubes, se ofrece también asesoramiento terapéutico personalizado para personas con patologías crónicas.

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